lunes, 27 de junio de 2011

Déjate de juegos: Dédalo 2010

Al inicio de nuestra vida aprendemos a jugar, y es a través de estos juegos, que aprendemos a vivir. En ellos volcamos nuestras emociones, sueños, anhelos, dudas, y hasta algunas de nuestras pesadillas y pasiones, que son la esencia para encontrar nuestra verdad. A lo largo de esta búsqueda pertinaz y barroca exploramos nuestras tentaciones y miserias, nuestra lujuriosa vanidad, la codicia y el ansia de poder.

Jugamos a la guerra. Somos los delfines que endulzamos al rey para, a través suyo, gobernar. Nos sumergimos en el poder del dinero y disfrutamos acumulando objetos. Finalmente, ya cansados de esta búsqueda, dejamos que azar decida.

Jugamos, jugamos, jugamos. Permanentemente jugamos. Y al igual que en la vida, queremos huir de la vileza y sin embargo estamos inmersos en ella, sin dejar paso a nuestros espíritus, muchas veces desenfrenados, caóticos y sedientos de beber del manantial del misterio de la vida.

Y nos olvidamos que al final, cuando nos toque irnos, solo dejaremos recuerdos, lágrimas… razones para seguir soñando… para seguir jugando…


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