lunes, 27 de junio de 2011

Inclasificables-Incalificables: ICPNA 2004


La magia de la madera, los cristales, el vidrio, el papel todos son pequeños y traviesos integrantes que se confabulan en esta gran faena de reanimar objetos inanimados, convirtiéndolos en personajes vívidos, reales, mágicos y a la vez cotidianos. Objetos que, a través de la energía humana, pueden sentir y también transmitir sentimientos de tranquilidad belleza y confort, con el transcurrir del tiempo se convertirán en nostalgia, nostalgia de vivir nuevamente momentos pasados y recordar que formaron parte de un sentir, de una vivencia.

La compañía de la belleza inanimada no es sólo algo superficial, sin sentido: es una mezcla de emociones que conforman nuestro paseo por el tiempo. Cuántas veces recordamos un objeto, un juguete, un mueble, un espejo. Recordamos con añoranza no el objeto en si, sino todo lo que conlleva: memorias, recuerdos, imágenes, olores que se entremezclan y que de pronto, forman parte de un momento pasado o quizás hasta de un momento imaginado, no vivido pero si deseado.

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